miércoles, 31 de diciembre de 2008

En estas duras horas de Lucha y Sacrificio, seguimos recordándote DIAMANTINO

Queremos recuperar un texto escrito por Diego Cañamero y leído en uno de los homenajes anuales a nuestro querido compañero Diamantino García Acosta.

Diamantino vive, la lucha sigue

Diego Cañamero

Han pasado muchas cosas, Diamantino, desde aquel día fatídico en que nos dejaste huérfanos de tu palabra y de tus silencios tan elocuentes, de tu rebeldía sin ira y de tus sueños. Desde aquel maldito día en el que, como dijo nuestro amigo Carlos Cano, quedaron huérfanos los moros, los sudacas, los negros, los cobrizos y los gitanos. Y nosotros, los jornaleros y jornaleras. Los que tuvimos la suerte de compartir contigo el pan del trabajo y la sal de la lucha por una Andalucía mejor. Han pasado muchas cosas pero tu recuerdo sigue instalado en todos nosotros. Sigue presente el hueco que dejaste con tu ausencia. Porque tu recuerdo como ayer tu voz, nos llama a seguir peleando por nuestros derechos y también por los derechos de todos aquellos que llegan a nuestra tierra huyendo de una miseria que no hace tanto tiempo nosotros conocimos. Porque tu nos enseñaste a reconocer como a iguales a los hombres y a las mujeres por el brillo desamparados de sus miradas y en sus manos encallecidas.

Hoy como ayer, Diamantino, seguimos reclamando esas utopías preñadas de realidades que nos hace imaginar un mundo en el que nadie sea más que nadie por títulos y linajes, que la sangre de los inocentes no cotice en la bolsa ni sirva para engordar fortunas, en el que solo puedas llevarte a la boca el pan que seas capaz de ganar con tu sudor. Un mundo en el que, como tu dijistes, “la mitad no se muera de hambre mientras la otra mitad se muere de colesterol”.

Sabemos Diamantino que no te faltaron peonadas de lucha y de sacrificio por los pobres que presentar a tu Dios. Desde donde estés, sabemos de tu alegría en cada nueva sede que el SOC abre en Andalucía, en cada visita a un tajo donde no se cumplan los derechos. Porque el SOC, como tu querías, estamos en los invernaderos de Almería y en los campos de fresa de Huelva, en los olivares de Jaén y en la vendimia en Francia o en la Mancha. En los hoteles en Mallorca o en las obras de la Costa del Sol, reivindicando tierras para cooperativas o exigiendo el Plan Forestal Andaluz, apoyando la lucha saharahui y denunciando a los criminales que se enriquecen con las guerras.

Hoy como ayer, Diamantino, luchamos para que se cumplan las promesas de quienes nos gobiernan y que, en una Andalucía que presume de modernidad, no quepan tantas injusticias. Para que retiren las leyes que nos tratan como ciudadanos de segunda categoría, para que en la construcción de una Europa sin fronteras puedan más los derechos de los trabajadores que los de los mercaderes que esquilman nuestra tierra. Este es hoy, como ayer, nuestro compromiso. Y en esa lucha tu recuerdo, Diamantino, sigue siendo nuestro aliento.

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